Rosácea

 La rosácea es una afección cutánea que se presenta en personas que constitucionalmente son predispuestas al sonrojamiento facial frente a estímulos como el calor y las emociones intensas. Se manifiesta como un flushing en la zona central de la cara que perdura bastante tiempo antes de irse y con el paso de los años puede hacerse permanente.

Siempre que sube la temperatura a nivel local se produce una vasodilatación transitoria y rubor, entonces el organismo libera calor por irradiación desde la superficie cutánea para mantener estable la temperatura interna. En las personas predispuestas a la rosácea esta manifestación perdura

Pintura de Modigliani

más tiempo y puede oscilar de un rosa pálido a un rojo intenso. El calor o el frío externos (ambientes calefaccionados, baños de vapor, sauna, sol, horno, climas muy fríos, viento frío…) y las de calor interno originado por la ingesta de alimentos muy calientes o irritantes (picantes, alcohol) estimulan la aparición de los síntomas de la rosácea. También hacen su parte emociones como vergüenza, miedo, enojo, ansiedad y algunos productos para la piel (ácidos, alcoholes, esteroides).

No existe un acuerdo en las causas que desencadenan la rosácea. Una hipótesis sostiene que la vasodilatación dérmica se produce por fallas en el colágeno y las fibras elásticas del vaso; otra explicación afirma que el colágeno dérmico perivascular es el causante de la vasodilatación. Existen a su vez, otras explicaciones como ser la presencia de la basteria helicobacter pylori que ocasiona gastritis y úlceras. los síntomas de la rosácea. También hacen su parte emociones como vergüenza, miedo, enojo, ansiedad y algunos productos para la piel (ácidos, alcoholes, esteroides).

La rosácea se puede instalar tanto en una piel seborréica como en piel seca, aunque predomina en las primeras. Es más frecuente en mujeres aunque los hombres, si la tienen, son más propensos a desarrollar rinofima (nariz engrosada).

La localización principal es centrofacial (frente, nariz, mejillas y mentón) pero también puede manifestarse en ojos, áreas retroauriculares, en pecho, espalda y cuero cabelludo.

Sus características distintivas son:

Presencia de pápulas y pústulas
Eritema que oscila entre el rosa pálido y el rojo-violáceo
Telangiectásias

Vale aclarar que las alteraciones foliculares representan concomitancias, ya que se ha comprobado que no hay anormalidad básica del aparato pilosebáceo. Además la presencia de comedones NO es una característica de la rosácea, si los hay se deben a otras causas (comedones solares o enfermedad ed Favre-Racouchot, o acné por cosméticos).

La rosácea evoluciona en etapas, el desarrollo es lento y el cuadro completo puede tardar años en manifestarse. Las telangiectásias capilares y el enrojecimiento facial pueden aparecer en la adolescencia y una década después progresar hacia nuevas manifestaciones. El cuadro inflamatorio completo es más frecuente entre los 30 y 40 años.

Estadios de la rosácea

Eritema intermitente (puede durar horas o días), enlentecimiento de la circulación sanguínea, edematización
Telangiectásias, infiltrado linfocitario
Inflamación, pápulas blandas y eritematosas, edema dérmico y más adelante pápulas duras, lesiones pápulo-pustulosas
Lesiones nodulosas o granulomatosas por infiltrado a hipodermis, hipertrofia del tejido conectivo, hiperplasia de las glándulas sebáceas, rinofima; piel engrosada, inflamada, poros muy dilatados

Tratamiento para la rosácea

Tanto en el gabinete estético como en el cuidado en casa es importante recordar que la piel con rosácea es sensible a las agresiones químicas y físicas por ello es necesario no provocar irritación local con jabones, cosméticos con alcohol, astringentes, abrasivos, peelings. También es primordial el uso de pantalla solar.

El tratamiento en gabinete tiene como objetivo mantener en todo momento la descongestión de la piel con productos refrescantes, que ayuden a una buena microcirculación pero sin aportar calor. El Drenaje Linfático Manual es excelente para estos fines ya que ejerce un efecto sedante, calmante, desedematizante. También es muy efectivo incorporar activos específicos mediante electroporación. Son adecuadas sustancias como hamamelis, gingko biloba, ruscus, hiedra, castaño de indias, cola de caballo, vid roja, centella asiática.

Además del cuidado externo será importante revisar la alimentación, es recomendable hacer una dieta depurativa y desintoxicante para favorecer el buen funcionamiento digestivo.

En el tratamiento médico alopático se utilizan antibióticos tópicos y orales que actúan como antiinflamatorios. Algunos especialistas prescriben isotretinoína en los estadios estapas 3 y 4. En muchos casos indican electrocoagulación o rayo láser colorante de pulso para los capilares dilatados y tratamiento quirúrgico para el rinofima.

El tratamiento homeopático dependerá de la caracterología del paciente, pero a nivel general se suelen utilizar activos como sanguinaria canadensis como tratamiento de fondo, echinácea y própolis para fortalecer las defensas y como bactericida oral, belladona como antimicrobiano, lachesis para el rinofima, azufre para el picor.

 

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