Por más suave que sea la depilación, no deja de ser una agresión a la epidermis. Luego de la depilación, cualquiera sea el sistema utilizado, suelen quedarnos rojeces e inflamaciones en zonas localizadas y en el orificio pilosebáceo, más aún cuando la piel es sensible y no se puede evitar la irritación aunque sí disminuirla.
Veamos algunas claves para minimizar su efecto irritante:
- Una vez que termines la depilación aplica una emulsión, una loción o un gel descongestivo; te calmará e hidratará al mismo tiempo. Son ideales el agua termal, formulaciones con activos que contengan aloe vera, lavanda o manzanilla.
- Si te depilaste con cera puedes aplicarte un gel o una loción descongestiva que hayas puesto previamente en la nevera para que el frío estimule la vasoconstricción y la piel se pueda desinflamar.
- Nunca utilices alcohol directamente o productos que lo contengan. Claro que el efecto refrescante primero es muy agradable pero luego la superficie cutánea se reseca, levanta más temperatura y se irrita más.
- No tomes sol luego de depilarte. Por regla general, para cualquier tipo de depilación que te hagas es recomendable que dejes pasar 24 hs. para permitir a tu piel desinflamarse, de lo contrario podrían quedarte manchas allí donde los poros se han irritado. Y recuerda siempre utilizar protección solar.
- Elige el invierno para iniciar tu tratamiento de fotodepilación. Como dijimos antes, depilación y sol no van de la mano así que para que disfrutes del sol en el verano empieza tu tratamiento de fotodepilación en invierno. Si de todos modos te llegas a exponer al sol procura que hayan pasado algunos días desde la última sesión y por supuesto usa protección solar.
- Por último, puedes utilizar productos que ayuden a retrasar el crecimiento del vello.
Espero haber solucionado algunas de tus dudas.
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