La preservación de los cosméticos

Los conservadores en los cosméticos garantizan la seguridad y calidad del producto y por lo tanto juegan un papel importante en todas las formulaciones. Los laboratorios se ven en el reto constante de elegir el correcto sistema de conservación a la hora de elaborar un producto.

Microbiología cosmética

La microbiología cosmética se encarga de estudiar y evaluar las fuentes microbianas que pueden afectar la calidad de los productos cosméticos, estudia los factores que afectan el deterioro de las formulaciones, establece métodos de control microbiológico y principios de prevención y conservación. Dado que muchos productos cosméticos no pueden ser fabricados o envasados de manera estéril es imperativo el uso de sistemas de conservación que tienen por objetivos:

  1. inhibir el crecimiento microbiano que conduce a la putrefacción del producto
  2. proteger al consumidor de los posibles riesgos de infección
  3. impedir la re-contaminación del producto durante su uso y la posible contaminación cruzada entre los usuarios

Desde un punto de vista legislativo, no existe ninguna norma de obligado cumplimiento que regule los límites de contenido microbiológico de los cosméticos. Sin embargo hay asociaciones que han publicado algunas directrices a cumplir en cuanto al contenido máximo de microorganismos viables para los productos. En cuanto al uso de conservantes permitidos que garantizan la seguridad de un cosmético, existen estrictas reglamentaciones nacionales e internacionales. Se puede encontrar un listado de conservadores tradicionales permitidos para productos de cuidado personal en el anexo VI de la Directiva de Cosméticos que proporciona información sobre la concentración máxima de conservantes en un producto acabado, exigencias, condiciones de empleo y advertencias obligatorias que deben figurar en el envasado. Según el artículo 6 debe estar en el etiquetado la fecha de caducidad del producto, período de tiempo en que después de la apertura, el producto puede ser utilizado en condiciones óptimas y seguras. Esta fecha guarda relación estrecha con el tipo de conservantes utilizados en la formulación.

Además del uso de conservadores existe otro método llamado tecnología de barrera o de obstáculos (hurdle technology) que refuerza la preservación de un producto y permite disminuir la cantidad de conservantes tradicionales necesarios para lograr el equilibrio microbiológico. Las tecnologías de barrera implican el control de las características físicas del producto, deben mantener bajo control la población «normal» de microorganismos en el producto. Ejemplos de barreras son: alta temperatura durante el proceso, baja temperatura durante el almacenamiento, actividad de agua, acidez (pH), potencial redox y conservantes.

Tiempos de transición

El uso de conservantes tradicionales para los productos de cuidado personal ha sido bastante cuestionado en los últimos años, situación que llevó la mirada de los laboratorios hacia la investigación de conservantes naturales. Esta tendencia hacia lo natural observada en el mercado, motivó el desarrollo de una nueva clasificación de los conservantes en tradicionales y ecológicos (green preservatives). Mientras que los tradicionales siguen características químicas (alcoholes, parabenos, fenoles, sales de amonio cuaternario, ácidos orgánicos, biguanidas), los llamados conservantes «verdes» son sustancias naturales que pueden mejorar la conservación de una formulación. La leyenda «sin conservantes» significa que el cosmético no contiene ningún conservante listado en el anexo VI. Para que una formulación así sea microbiológicamente segura deberá estar fabricada bajo condiciones estériles y contenida en un envase que no permita el acceso de microorganismos. Si no se cumple este requisito el cosmético estará expuesto a la contaminación. Lonza, uno de los principales proveedores de activos del mundo para industria farmacéutica, explica: «… no todos los conservadores naturales son declarados como conservantes según la normativa de la UE, significa entonces, que por definición, no existe actualmente en el mercado un producto elaborado completamente con conservantes naturales».

La delimitación entre productos naturales y químicos se ha vuelto bastante difusa creando confusión acerca de los términos verde, natural u orgánico. La leyenda de producto «verde» no necesariamente garantiza que se está frente a un producto 100% ecológico o libre de conservantes tradicionales. En Europa, the Cosmetics Organic Standard (COSMOS), formada por varias asociaciones de certificación, trabaja para establecer las nuevas normativas que ayudarán a definir mejor qué productos cosméticos pueden ser etiquetados como naturales u orgánicos.

De todos modos se sabe, que hoy en día algunos conservantes verdes pueden asegurar la conservación adecuada para un amplio espectro de productos. Sin embargo conservadores tradicionales, como los parabenos, liberadores de formaldehído y isothiazolinones no pueden ser evitados aún debido a la composición de algunas formulaciones. Su utilización es también de suma importancia en muchos países en desarrollo donde las condiciones ambientales a menudo favorecen el crecimiento de microorganismos que influyen negativamente en la estabilidad de la mayoría de los conservantes naturales (son menos estables que los tradicionales).

Lonza acaba diciendo: «la selección final de un sistema de conservación debe tener en cuenta muchos parámetros más allá del deseo de usar un conservador verde. En última instancia, el criterio de selección más importante debe ser que el mejor sistema de conservación contribuye a la seguridad microbiológica y la calidad de su producto».

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