¿Te cuidas del sol?

¿Qué haces…o qué no haces para proteger tu piel del sol? Es posible que muchas veces hayas leído indicaciones y consejos sobre como cuidar la piel de la radiación solar pero, ¿no te has preguntado por qué, a pesar de estar informada, sigues sin tomar los recaudos necesarios?

Si me sitúo exclusivamente en el punto de vista estético puedo enumerar varios beneficios que obtendríamos si nos protegemos del sol. El usar filtro o pantalla solar te mantiene el cutis hidratado, evita la aparición de manchas y arrugas, retarda el deterioro del colágeno y la elastina (fundamentales para dar firmeza al tejido). Pero hoy mi intención es referirme más a la salud que a la belleza de la piel, entendiendo que la belleza sin salud es efímera.
Si repasamos  los textos de Cuidemos la piel 1 y 2 sabemos que el mayor riesgo al que nos exponemos a futuro si no tomamos los recaudos adecuados a la hora de movernos bajo el sol,  es la aparición de cáncer de piel.
Hemos visto que la capa de ozono opera como filtro de las radiaciones solares, así como también sabemos que hay estudios realizados que nos advierten de la reducción de dicha capa y hasta de la aparición de agujeros. Las nubes también absorben la radiación, sólo que en un 20% aproximadamente, lo cual no nos libera de los riesgos de quemaduras inmediatas y otras consecuencias a largo plazo.
También vimos que depende de la perpendicularidad con que caen los rayos solares en la superficie terrestre la intensidad variará.
Leímos sobre fototipos, sobre FPS, sobre el uso correcto de las pantallas, etc, etc…

A partir de aquí es donde surge mi pregunta: ¿Por qué, entonces, a pesar de haber leído algo, o escuchado o experimentado alguna vez en «carne propia» los efectos nocivos de estar bajo el sol sin protección, muchas personas seguimos sin tomar las precauciones necesarias? Vemos que hay gente que no realiza cuidado alguno y otras que lo hacemos a medias (a veces sí, a veces no). Creo que las personas que se cuidan responsablemente pertenecen al grupo de la minoría. Se me ocurre pensar que el problema no es la falta de información sino la toma de conciencia con respecto al tema y el cambio de hábitos.

Al decir toma de conciencia quiero decir que no debemos estar creyendo realmente que podríamos desarrollar el cáncer.  Es como si nos dijéramos que eso   le puede pasar a otros. Y la realidad es, que  hay muestras de sobra para saber que nuestro organismo tiene un límite de tolerancia frente a la radiación y que como desconocemos cuando alcanzaremos ese límite lo mejor sería prevenir. Cuando digo cambio de hábitos me refiero a que tal vez sí hemos adquirido conciencia de los riesgos de exponernos al sol sin protección pero aún no podemos llevar a la acción los cambios necesarios para un nuevo comportamiento.  Por ejemplo: de mañana cuando hacemos nuestra higiene corporal y nos humectamos la piel y aplicamos desodorante y perfumes es necesario incluir la aplicación de pantalla en el rostro y partes del cuerpo que quedarán expuestas. Podemos tener en nuestro bolso o mochila siempre un protector hayamos programado o no una actividad al aire libre. ¡Ni que hablar si vamos a la piscina, a la playa o a pasar un día de campo!

Te invito a reflexionar sobre el tema, mi intención fue solamente plantar un interrogante para que cada uno revise qué puede cambiar para tener una relación más saludable con el Sol. Por mi parte, hace unas semanas incorporé el nuevo hábito de llevar un protector solar en el bolso sin importar si llueve o está soleado.

> MÁS INFORMACIÓN:Consejos básicos para el cuidado de la piel , Células vivas de levadura

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